FLOTANDO EN EL VIENTO

Cuando no sabés a dónde vas, cualquier camino puede servir. Si no sabés hacia dónde vas, lo mejor es dejarte llevar, como flotando en el viento. A veces hay que desprenderse del equipaje, y como una pluma, dejarse llevar por el viento. Como decía un poeta “Para que a cada paso, un paisaje, una emoción o una contrariedad nos reconcilien con la vida pequeña, y su muerte pequeña”. Para poder decir “yo estuve ahí”. El viento lleva, y a la vez trae. El viento nos puede llevar a lugares insospechados. Flotando en el aire, están todas las preguntas y todas las respuestas. Y flotando en el viento, iremos a donde debamos ir.